5 de noviembre de 2016

El carácter chino "chi" significa ‘flujo vital de energía’’ y tiene un significado similar al del pneuma de la Grecia antigua, el prana de los hinduistas y que en Japón se denomina "ki"; kung significa ‘trabajo’ o ‘técnica’. El Chi Kung, por tanto, se puede traducir como ‘el trabajo de la energía vital’ o el arte de hacer circular la energía vital de la manera más adecuada a la finalidad con la que se practica.
Durante siglos, la mayoría de los conocimientos de Chi Kung paso de padres a hijos o en reducidos círculos de maestros y alumnos, y se mantuvo relativamente en secreto. Últimamente se ha enseñado públicamente.
En China, el Chi Kung tiene más de cuatro mil años de antigüedad, forma parte de la medicina tradicional Y pertenece al mismo grupo que otras terapias como el Taichi o Reiki. Todas ellas proceden de la tradición oriental y sustentan sus principios en la importancia de canalizar de forma adecuada la energía vital (Qi) a través de los diferentes meridianos que recorren nuestro cuerpo.
Según dichos principios, el buen estado de la salud de cada uno dependerá de nuestra capacidad para conseguir el correcto equilibrio entre la mente y el cuerpo; y dicho bienestar se logra, principalmente, a través de la meditación y del control de la respiración.
De hecho, la traducción literal de Chi Kung vendría a ser ‘el trabajo de la respiración’, ya que este método terapéutico incide especialmente en la importancia de que nuestra respiración sea consciente y acompañe a cada uno de nuestros movimientos y pensamientos.
También conocida como “fuente de la juventud”, quienes la practican aseguran que les ayuda a eliminar las tensiones y el estrés del día a día y que es un auténtico caudal de paz que les aporta salud y vitalidad.
La esencia del Chi Kung es la sincronización armónica de los tres procesos vitales, esto es, cuerpo, mente (corazón) y respiración. La tradición oriental se refiere a estos tres procesos como los “tres tesoros”. Por ello, la práctica de esta terapia requiere, a su vez, de tres pasos. El primero es el control del cuerpo, esto es, la relajación. Debemos relajar, en este orden, nuestra mente, la respiración y, por último, nuestro cuerpo. La finalidad de esto es que, al hacerlo, se abren los canales o meridianos por los que circula nuestra energía vital permitiendo que ésta fluya de forma correcta.
El siguiente paso es regular la respiración hasta que consigamos que se realice de forma constante y tranquila.
Y en último lugar estaría el control de la mente o corazón. Este paso es intrínseco a los dos anteriores, es decir, si logramos relajar nuestro cuerpo y nuestra respiración con éxito, nuestra mente o corazón se relajarán y estarán en paz.
La práctica del Chi Kung puede ser tanto estática como en movimiento. En cualquiera de los dos casos, es muy importante estar bien apoyado, es decir que nuestro cuerpo esté en una posición equilibrada y en contacto firme con el suelo.
La práctica habitual de Chi Kung reporta numerosas ventajas a nuestro organismo. La base de los beneficios del Chi Kung se encuentra, sobre todo, en el hecho de que controlamos nuestra respiración, realizándola de una forma consciente. Cuando respiramos mejor, nos oxigenamos de forma adecuada, activamos la circulación sanguínea y, además, conseguimos que nuestro cuerpo y nuestra mente estén relajados y en equilibrio.
En el caso concreto del sistema circulatorio, a través del Chi Kung se reducen las pulsaciones del corazón y mejora el bombeo sanguíneo. Con ello, mejoran las funciones de los diferentes órganos como, por ejemplo, los que componen el aparato digestivo –que se regula, favoreciendo así las digestiones y el proceso metabólico– o el sistema endocrino.
Otro de los beneficios del Chi Kung es que su práctica regular también repercute en los sistemas nervioso e inmunológico; en el caso de éste último, reforzándolo. Y previene la osteoporosis al fortalecer los huesos, así como la elasticidad de los músculos y tendones.

Siempre y cuando adaptemos los movimientos a nuestra capacidad física y a nuestras condiciones de salud, no hay razón para que el Chi Kung tenga efectos perjudiciales. Al contrario, ya que, además de los beneficios mencionados, nos enseña enfocar de forma positiva aquellas situaciones o pensamientos que son negativos y que afectan a nuestra mente (corazón) o a nuestro cuerpo.