El carácter chino "chi" significa ‘flujo vital de energía’’ y
tiene un significado similar al del pneuma de la Grecia antigua, el prana de los hinduistas y que en Japón se denomina "ki"; kung
significa ‘trabajo’ o ‘técnica’. El Chi
Kung, por tanto, se puede traducir como ‘el trabajo de la
energía vital’ o el arte de hacer circular la energía vital de la manera más
adecuada a la finalidad con la que se practica.
Durante siglos, la
mayoría de los conocimientos de Chi Kung paso de padres a hijos o en reducidos
círculos de maestros y alumnos, y se mantuvo relativamente en secreto.
Últimamente se ha enseñado públicamente.
En China, el Chi
Kung tiene más de cuatro mil años de antigüedad, forma parte de la medicina
tradicional Y pertenece al mismo grupo que otras terapias como el Taichi o Reiki. Todas
ellas proceden de la tradición oriental y sustentan sus principios en la
importancia de canalizar de forma adecuada la energía vital (Qi) a través de
los diferentes meridianos que recorren nuestro cuerpo.
Según dichos principios, el
buen estado de la salud de cada uno dependerá de nuestra capacidad para
conseguir el correcto equilibrio entre la mente y el cuerpo; y dicho bienestar
se logra, principalmente, a través de la meditación y del control de la respiración.
De hecho, la traducción
literal de Chi Kung vendría a ser ‘el trabajo de la respiración’, ya que este
método terapéutico incide especialmente en la importancia de que nuestra
respiración sea consciente y acompañe a cada uno de nuestros movimientos y
pensamientos.
También conocida como
“fuente de la juventud”, quienes la practican aseguran que les ayuda a eliminar
las tensiones y el estrés del día
a día y que es un auténtico caudal de paz que les aporta salud y vitalidad.
La esencia del Chi Kung es
la sincronización armónica de los tres procesos vitales, esto es, cuerpo, mente
(corazón) y respiración. La tradición oriental se refiere a estos tres procesos
como los “tres tesoros”. Por ello, la práctica de esta terapia requiere, a su
vez, de tres pasos. El primero es el control del cuerpo, esto es, la relajación.
Debemos relajar, en este orden, nuestra mente, la respiración y, por
último, nuestro cuerpo. La finalidad de esto es que, al hacerlo, se abren los
canales o meridianos por los que circula nuestra energía vital permitiendo que
ésta fluya de forma correcta.
El siguiente paso es regular
la respiración hasta que consigamos que se realice de forma constante y
tranquila.
Y en último lugar estaría
el control de la mente o corazón. Este paso es intrínseco a los dos
anteriores, es decir, si logramos relajar nuestro cuerpo y nuestra respiración
con éxito, nuestra mente o corazón se relajarán y estarán en paz.
La práctica del Chi Kung
puede ser tanto estática como en movimiento. En cualquiera de los dos casos, es
muy importante estar bien apoyado, es decir que nuestro cuerpo esté en una
posición equilibrada y en contacto firme con el suelo.
La práctica habitual de Chi Kung reporta numerosas ventajas a nuestro organismo. La base de los beneficios
del Chi Kung se encuentra, sobre todo, en el hecho de que controlamos
nuestra respiración, realizándola de una forma consciente. Cuando respiramos mejor,
nos oxigenamos de forma adecuada, activamos la circulación sanguínea y, además,
conseguimos que nuestro cuerpo y nuestra mente estén relajados y en equilibrio.
En el caso concreto del
sistema circulatorio, a través del Chi Kung se reducen las pulsaciones del
corazón y mejora el bombeo sanguíneo. Con ello, mejoran las funciones de los
diferentes órganos como, por ejemplo, los que componen el aparato digestivo –que se
regula, favoreciendo así las digestiones y el proceso metabólico– o el sistema endocrino.
Otro de los beneficios del Chi Kung es que su práctica regular también repercute en los sistemas nervioso e inmunológico; en el
caso de éste último, reforzándolo. Y previene la osteoporosis al
fortalecer los huesos, así como la elasticidad de los músculos y tendones.
Siempre y cuando adaptemos
los movimientos a nuestra capacidad física y a nuestras condiciones de salud,
no hay razón para que el Chi Kung tenga efectos perjudiciales. Al contrario, ya
que, además de los beneficios mencionados, nos enseña enfocar de forma positiva
aquellas situaciones o pensamientos que son negativos y que afectan a nuestra
mente (corazón) o a nuestro cuerpo.